Koya-cho 501, Koyasan, Wakayama (Japón) Ver mapa
El Kumagaiji ofrece alojamiento en un templo budista, en medio de las montañas de la zona sagrada de Koyasan
Se trata de un establecimiento de estilo japonés clásico y de ambiente tranquilo, situado junto a un templo construido en el año 837
Habitación sencilla y minimalista con suelo de tatami (entramado de paja) equipada con futones tradicionales, TV y mesa baja
Ofrece acceso a un baño y un aseo compartidos
Hotel
Habitación
positivo: ,,el espacio de la habitación era amplia
negativo: La comida y la cama , en el templo hacía mucho frío ,
positivo: El sitio era muy bonito y limpio. Tenían todo muy organizado y estaba muy bien ubicado al lado de la parada del bus y a veinte minutos andando del cementerio.
negativo: Pasamos una noche, pero sentimos que faltaba más cariño en explicar sus rezos y por ejemplo su comida. Por ejemplo la hora de la cena y desayuno te sentabas es en suelo donde ponía tu nombre y con una...
positivo: La habitacion preciosa y futón comodísimo. La cena y desayuno riquísimos y muy variados. Experiencia de 10.
negativo: Nada. Repetiría sin duda.
positivo: Es una experiencia increíble. Habitación amplia. Desayuno y cena estilo japonés muy rica.
positivo: Precioso. Muy limpio. Muy atentos
positivo: Vivir la experiencia de vivr en un ambiente budista fue fantástico. El personal súper amable
positivo: Una experiencia muy bonita Muy recomendable
positivo: Desconectar y conectar contigo mismo o con tu pareja. La comida (vegana) muy buena con texturas que no habíamos probado hasta ahora. Baños públicos (muy pequeño) y zona magnífica llenos de templos. ...
negativo: Muy caro. La experiencia es buena pero no repetiríamos por precio.
positivo: El jardin
negativo: La almohada y colchón duros El rezo de la mañana
positivo: Nos alojamos una noche aquí para vivir la experiencia del Shukubo y nos gustó mucho. Los monjes fueron muy amables e hicieron un esfuerzo para adaptar la cena y el desayuno a mis restricciones ...
negativo: Los futones nos parecieron algo incómodos pero quizá es simplemente porque no estamos acostumbrados a dormir en ellos.