¡Lo recomienda!
Opinión verificada
Crazy Kreuzberg.
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2.5
Calidad / precio
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7.5
Ubicación
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7.5
Decoración
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5
Habitación
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5
Instalaciones y servicios
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5
Atención del personal
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7.5
Limpieza
El aire del hostel mola, rollo retro industrial. Pero el ambiente no es el de un hostel: no hay un lugar común donde socializar o estar a tu bola antes de empezar el día, más bien hay unos sofás como los habría en el hall de la recepción de cualquier hotel. De hecho, en el mostrador de la recepción hay un cartel que dice: "esto es un HOTEL, por favor respeta la tranquilidad de los huéspedes". Así que es un hostel porque las habitaciones son del tipo y los baños son compartidos, pero el ambiente que se respira no.
positivo: La habitación individual es grande y te mueves cómodamente. Tiene una mesa y una mesilla de noche al pie de la cama (cómoda) con una lámpara e interruptor. Aunque el baño es comunitario no hay atascos ni esperas, yo pude usarlo cada vez que lo necesité sin problemas. Cuenta con jabón de manos y aunque la ducha es de botón y cada 10 segundos tienes que estar activándola el agua sale calentita y con presión. Lo mismo que el chico del check-in fue un poco seco, el chico del día siguiente fue majete. Le pregunté por sitios en el barrio y me recomendó un par de calles y garitos ;). El hostel está en una zona muy chula del Kreuzberg, cerca de murales de graffitis icono de Berlín, garitos, bares y locales acordes con el ambiente del barrio. :)
negativo: El bar local que tienen estaba cerrado. Si tienen bar y lo anuncian como un plus deberían avisar que hay temporadas en las que lo cierran para que l@s viajer@s tengan expectativas realistas del alojamiento, sobre todo cuando saben que lo van a tener cerrado. Yo tuve suerte con la habitación, porque estaba relativamente cerca del baño. Si me hubiera tocado otra habitación habría tenido que recorrer pasillos y pasillos hasta llegar a él. De todas formas, 35? por una individual sin baño se me antoja tirando a caro... Es una pena que con tanta capacidad no tuviera un armario, lo que tiene es una taquilla tamaño XL sin una balda ni una cajonera ni nada. Vamos que para meter la mochila ahí la dejé encima de la silla, más a mano, y el abrigo colgado del colgador de la puerta de la habitación. Pagué la reserva nada más hacer el check-in. Se me cobró un euro más, según el chico de recepción (un poco seco) por usar una tarjeta extranjera. Me dio a entender que era costumbre. Más tarde me enteré de que no, estuve alojada en otros albergues de Berlín y ellos corrían con ese gasto que a mí se me cargó en Die Fabrik. No es el euro en sí (no te saca de pobre), es el detalle y que encima ni siquiera lo publican en la web.