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Opinión verificada
Casa antigua restaurada y dividida en suites.
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5
Calidad / precio
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10
Ubicación
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7.5
Decoración
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5
Habitación
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5
Instalaciones y servicios
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10
Atención del personal
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2.5
Limpieza
Con sus virtudes y sus defectos, esto es una casa dividida en suites, situada al lado de la Catedral, que resulta fenomenal para hacer turismo. Es bastante cómoda, pero sin exagerar, no esperéis un hotel cuatro estrellas moderno. Todo lo cómoda que puede ser la "casa de la abuela" del pueblo, o sea, ventanas y contraventanas antiguas, plato de ducha (no baño), suelo crujiente, escaleras arriba, escaleras abajo. Primero estuvimos en una suite más modesta, con un cuarto de baño mínimo, que era muy coqueta. Eso sí, el televisor de 17 pulgadas, absolutamente ridículo para lo que se ve hoy en día en cualquier hotel. Hubo un problema de humedades y al segundo día nos pasaron a una suite superior, mucho más amplia. El aseo igual de pequeño (plato de ducha) pero la habitación enorme. Televisor de 40 pulgadas. Preciosa para fotografiar, pero también con los males de una casa antigua: muros gruesos, falta de aislamiento (ventanas y contraventanas que no ajustan bien, madera de hace 70 años o mucho más), frío en general, lo que obliga a tener la calefacción puesta todo el tiempo para poder estar... y eso supone escuchar todo el tiempo el rumrummmmm del compresor del aire.
Quiero aclarar que no se puede tener todo. Si uno quiere estar en una casa sevillana castiza "como las de antes" (o mejor dicho, "de las de antes") es normal que se respete al máximo lo antiguo, y eso conlleva incomodidades que no tienes en un hotel moderno (temperatura, confort, ruidos).
Las suites son preciosas, de fotografía. Luego, la estancia, es algo incómoda por la temperatura y por los ruidos (el centro es ruidoso desde las 7 de la mañana con los barrenderos pasando... y la calefacción también es ruidosa, si quieres que llegue el calorcito tienes que darle al ventilador y eso es ruido continuo).
El trato de recepción es exquisito e intentaron que estuviéramos todo lo cómodos posible. Si hay que poner algún defecto, quizá la limpieza, porque tuvimos que mover algunos muebles de sitio (la calefacción no llegaba a la cama y hubo que mover un separador) y tenía pelusas debajo del tamaño de ratones y pedazos de patatas fritas de hace años, totalmente descoloridas.
La limpieza, escasita. Vamos, limpieza por encima y solo lo que está más a la vista. Pero eso tampoco desanima a ir, sin duda es una muy buena opción para hacer turismo en Sevilla.
positivo: La atención del personal, por encima de todo. Luego, la cercanía a la Catedral y los Reales Alcázares (menos de 1 minuto andando). Por último, la decoración y el costumbrismo de las suites, preciosas para fotografiar.
negativo: La limpieza, algo mediocre. Limpian lo que está a la vista. En las esquinas y debajo de los muebles hay porquería inmemorial (se imaginarán que la gente no los mueve, y resulta necesario para que no hagan de pantalla o para colocarte más cerca de la fuente de calor en una noche fría).